Dice mi hermana que hay personas que te gustan tanto tanto, que te intimidan

Eso a mi no me pasa, bueno, me ha pasado 3 veces en mi vida. En la primaria cuando me gustaba un güerito con melenita, lo cual no era en lo absoluto original porque le gustaba a toda la escuela; luego fue un compañero de la prepa que es la cosa más hermosa que he visto en mi vida; y a últimas fechas el de la novia que me invitaba a salir, pero que no sabe que yo sé que tiene novia, y él no sabe otras cosas de mi que probablemente frenarían su intento de verme la cara de estúpida.

Cabe mencionar que tenía mucha flojera de ir a trabajar y tuve un día HORRIBLE, comenzando con la maratónica batalla de tres horas contra el presupuesto (no pregunten), seguida del correteadero a medio departamento por una cuestión encargadísima por mi jefa adorada (de verdad, nada más porque nunca hablo de mi vida, pero es mi role model), culminando con el titánico encuentro contra unos expedientes que nada más no me cuadran.

Total que tuve un ataque de sentido común, a raíz del cual me di cuenta de que nada más me anda chicoteando, y me encabroné, no por eso sino por ser tan pendeja. También creo que si no me convirtiera en una adolescente puesta en crack cuando lo veo podría jugar al mismo nivel, pero bueno, aquí el chiste mis niñas (y niños), es entender que por mucho que una sea buena en esto de jugar con el cuarto nivel de dificultad, siempre habrá uno que todavía te de la vuelta (aquí entramos en un peligrosa zona donde mi cansancio es tanto que en una de esas podría llegar a hablar de superación personal, y de cómo todos podemos mejorar y... iack asco).

(En realidad mi error fue pensar en él como "persona", ja. Soy joven, todavía tengo mucho que aprender).

Como alguna vez me dijo Agustín, prueba y error my love, prueba y error.