Soy una suicida emocional

Sí hubiera escrito un post la semana pasada hubiera sido nauseabundo. Por eso no lo escribí.

Les pronostico desde ahorita que éste maldito sí me va a hacer ver mi suerte. Lo sé, tengo un don profético para aquellos hombres que voy a sentir tanto tanto que voy a acordarme de ellos cuando dejen de acordarse de mi.

Para variar, tenía razón sobre aquello de olvidar los planes maquiavélicos y mejor dejar que las cosas pasen. Sabía que también me traía atravesada entre la frente y era cuestión simplemente de que la ocasión se presentara, y ni siquiera lo iba a tener que buscar yo. Tú sabes cuando también te siente, cuando te ve y se imagina cómo te verás encima de él con el cabello sobre la frente y las gotitas de sudor.

Lo único es que la verdad me estaba resultando por demás divertido eso de conspirar, ja.

Por supuesto, como les decía en el post anterior, cualquier hombre que realmente me guste es absolutamente inconveniente. Voy a confesarles algo, antes de que comenzáramos a jugar, yo lo veía y pensaba que esa cosa tan hermosa había sido puesta en esta tierra exclusivamente para mi tortura. Número uno por la novia intermitente, y número dos por el amigo que tuvo la pésima idea de enamorarse de mi (entre otro montón de circunstancia que lo hacen aun menos conveniente).

Quizás la diferencia es que la única vez que me he robado un hombre ajeno fue sin querer. Cuando comenzó mi historia con el cuentista, el segundo día me acorraló contra la pared y me dijo "Tú a mi me gustas mucho, yo tengo novia, pero si tu así lo quieres, hoy termino con ella y mañana tú y yo empezamos bien" Por respuesta le dediqué mi más encantadora sonrisa y lo besé. Después de eso fueron dos años de cuentos de buenas noches, y de buenos días y de buenas tardes. Digamos que tengo un buen historial con los malos comienzos.

Todo esto aunado a la dificultad de que a veces no sé cómo manejarlo. Si fuera un patan maldito sabría perfectamente cómo tratarlo (con la punta del zapato porque sólo así entienden desgraciados), y si fuera un buen niño ya le hubiera roto el corazón para que dejara de perder su tiempo. Pero este no es ni lo uno ni lo otro. Me va a joder la vida, eso lo sé. Les diré que voy a disfrutar cada segundo de mi elegido via crucis por anticipado. Estoy en ese punto que ya no me importa, sé que me voy a ir de boca y disfruto pensar en los dientes rotos y en las rodillas raspadas. Al menos hasta que encuentre algo más divertido que hacer.

Mi problema en realidad es que soy adicta a sentir.