lunes, abril 04, 2005

ACERCA DE OTROS BESOS

Me acerco, lo beso, me besa.

El primer contacto de los labios es introducción. Cuando toma tu cabeza entre sus manos es buena señal; con ambas manos sujeta tu cabeza, como si cargara un tazón de sopa muy caliente, pero no tanto que no lo pueda levantar. El simple roce puede ser preámbulo de tantas cosas. Ellos pueden ser muy tiernos de repente.

Cuando pasa sus dedos por en medio de tu pelo, revolviéndolo un poco, manteniendo un poco de presión para no separarse ni dejar de saberte, teniendo cuidado de que no se tome como agresión, aunque un poquito (sólo un poquito) resulta emocionante. Besarlo mientras él está sentando, colocarte en medio de su piernas y besarlo, en esta ocasión tomando tú su cabeza entre tus manos, separar tu cabeza y volver a empezar, sin que esta separación sea prolongada y sintiendo siempre cómo él exhala, y cómo inhala… cómo te inhala.

Las mujeres generalmente ponemos las manos alrededor del cuello debido a que casi siempre ellos son más altos; él te abraza por la cintura, inclinándose. Uno de los mejores besos que he recibido fue precisamente uno en que pude sentir centímetro a centímetro cómo se aproximaba hacia mi boca, después de contemplarme un segundo y decidirse. Mi cabeza se hizo un poco hacia atrás y él la siguió, hasta estirar un poco los labios, topar con los mios, iniciando un contacto gradual, abriendo y cerrando un poco, como cuando los arqueólogos descubren esqueletos y con un cepillito los limpian.

Tengo una amiga que besa con los ojos abiertos porque “si los cierro siento que me estoy perdiendo todo” Tal vez tiene razón. Yo sí beso con los ojos cerrados, alguna vez había dicho que por educación (aunque de repente hago trampa y los abro, sólo para ver la expresión en su rostro y para cachar si él también hace trampa), y es que también pienso que al mantenerlos cerrados te concentras en la sensación, en su lengua conociendo (o reconociendo) el espacio entre cada uno de tus dientes, en el “aire pesado que va y viene con un perfume viejo y un silencio” como escribió Cortázar, en la textura del paladar, en la cadencia necesaria para mantener un ritmo que permita la perfecta comunión entre sus naturales ansias y tu natural recelo, porque nosotras siempre los hemos sentido más, y pareciera que creemos menos en ellos de lo que ellos en nosotras, aunque por regla general terminemos rindiéndoles más.

Hay besos que incluso te dejan su impresión por días, como cuando vas al mar y estás un rato “rompiendo” olas, y que aun cuando haz terminado sigues sintiendo el mar arrastrándote. Me encanta el mar. Me he sorprendido pasando mi lengua por dentro de mi labio inferior, recordando cómo me besó. Me encanta él.

Todo lo anterior puede también ser viceversa.

3 comentarios:

El Angel de Madrid dijo...

Esa fijación por los besos es digna de un psicoanálisis...

Adrix dijo...

Hace mil años que no tengo esa sensación... sí, es tan hermoso recordar besos... acá ente nos los que más recuerdo son aquellos en los que cierras los ojos mientras él te besa la punta de la nariz... son mágicos

LaMaga dijo...

Cómo ves a Rod mi hermosa Adrix? Es q' lo mío no es fijación, sino mera afición, y es q' l' Srita. Cronopio estará d' acuerdo conmigo en q' los besos son adictivos.