martes, marzo 23, 2010

Heartbox

Les decía que tuve un domingo sumamente reflexivo.

Saben que odio los domingos infinitamente (aun quitando esa cuestión tan incómoda de que al otro día es lunes, y no porque trabaje, sino porque despertarse temprano es otra de esas cosas con las que comienzo a pensar que nunca estaré en paz).

Pero este domingo lo disfruté.

Los tres últimos meses a nivel emocional han sido desgastantes. Tenía años sin sentirme tan genuinamente triste. Y tenía más sin extrañar genuinamente a alguien.

Me cambié de casa, y con cada cosa mala que me pasaba me daban ganas de marcarle. El día que llegué y me quedé sin llaves afuera de mi casa, el día que choqué, el día que se me ponchó una llanta, el primer día que fui al trabajo y me perdí durante cuarenta minutos en un radio de diez cuadras. Cuando todo eso me pasó, quise contárselo.

Pero no.

Y sí, así de patético.

La verdad es esta: Comencé a pensar con el estómago y las cosas se me salieron de control. Me sentí tan pinche lista que perdí el piso y con eso las riendas de la situación.

Me enojé... y el que se enoja pierde.

Después de rasparme las rodillas y partirme la cara sin meter ni las manos, tuve mis cinco minutos de claridad.

Alguna vez le dije que él era de esos hombres a los que no les puede perdonar nada, porque perdonarles una significa perdonarles todas las demás. Sabe que tengo razón.

Decidí no forzar la situación, y es que sabesunacosadoygraciasalcielo Ya sabemos que el traje de mártir no me va; siempre me supe las reglas del juego, que esa relación me iba a joder la vida, y que iba a adorar con todo el cuerpo cada centímetro de su espalda.

Y que eso de que me cuenten la vida nada más no se hizo para mi.

Supongo que al final tuve mi cuento con final, de esos infinitamente tristes que tantas veces me contó otro hombre que quise.

La verdad sea dicha, no salí ni la mitad de raspada de lo que pude haber salido, ja.

lunes, marzo 15, 2010

Siempre he pensado que a esta vida venimos a que nos pasen cosas, muchas, muchísimas.
Hasta que me pasaste tu.