...I'm a bit drunk as you can see, I bet you would like to undress me.
Cuando mi marida y yo vivíamos felices en nuestro pisito, me gustaba poner esa canción cuando íbamos a salir porque me ponía de buenas. Todavía me pone de buenas, y me acuerdo mucho del Chester, del Palacio de Gaviria, del Kapital y sobre todo del Sunrise.
La mayoría de los blogs, hablando de los que se califican como "personales", pasan por varias etapas. Al principio que no sabes ni de qué escribir, platicas alguna anécdota personal, copy pasteas cuentos o canciones que te gustan, acosas a tus amigos y conocidos para que lo lean, te emocionan los comentarios porque, como se ha dicho hasta el cansancio, no abres un blog para que nadie lo lea, mejor pones tus más obscuros pensamientos en post-its de colores y los pegas en la base de tu cama.
De ahí empiezas a agarrar ritmito, y descubres de qué te gusta postear, cuáles son las cosas acerca de las que disfrutas escribir, porque... pues es tuyo, ¿no? Y estoy convencida de que tu blog debe de estar lleno de lo que te gusta a ti.
La blogósfera, como le dicen algunos, es enorme, y seguro hay equis cantidad de personas que se pueden sentir identificadas, o puede gustarles lo que escribes, y eso es de las cosas chidas de tener un blog. También por supuesto están los conejitos peludos, también conocidos como fans from hell, que por alguna misteriosa razón vienen a hacerte saber lo vacía, superficial, zorra, etc... que según ellos eres, y quiero pensar (porque si no en verdad que no le veo sentido) que con eso de alguna manera descargan sus frustraciones cotidianas, y eso a mi no me quita nada.
En algún punto este blog poco conocido se volvió medianamente conocido, sobre todo a partir de que el Arbolito corazón ajeno me invitó a particiar en su ese sí famoso blog colectivo(donde me he divertido muchísimo) y que aunque él diga que fue porque le gusta como escribo, yo sé que muy en el fondo fue por la foto de las piernas (no es cierto corazón, yo te quiero).
Ya van para tres años que lo abrí, y mis días de ser reina blogosférica ya pasaron, ya no pongo fotos obscenas en Big Blogger, ni hago posts azotados como los que me salían tan bien cuando andaba con el ex novio maldito, ni soy famosa, ja.
Por supuesto, la idea de cerrar el blog me cruza por la cabeza de vez en cuando, pero como ya he confesado en alguna ocasión, soy absolutamente incapaz de matar a este personaje que es tan pero tan yo en tantos sentidos, pero sobre que es tan mío, al igual que este blog. A eso viene lo que les contaba al principio del post, yo leo mi blog, y me acuerdo de tantas cosas, y me da risa, y a veces me da tristeza también, pero sobre todo lo siento completamente mío.
Les digo, son etapas, como cuando posteas cada semana, o lo abandonas por un mes, y así. O cuando escribes sobre cosas divertidas, y entre esas hay algunas verdadera y dolorosamente personales, y que a veces no te atreves a admitir hasta que las ves escritas. Creo que al final se trata de saber reírte de ti misma, habilidad absolutamente necesaria para que te vaya bien en la vida, al menos a mi me ha sido sumamente útil. No es bueno tomarse demasiado en serio.
Eso sí, disfruto la compañía de muchos ustedes, y me gusta cuando pasan por aquí.
Ash, ya es tardísimo. Odio los domingos.