lunes, diciembre 29, 2008

Lo mio en realidad son los planes semimalévolos

Otra vez se me pasó el aniversario del blog (y por varios días): cuatro años... dios, cuánto ocio.

Nunca se me hubiera ocurrido durar con esto tanto tiempo, soy tan inconstante para unas cosas (como dice Cathy en una tira "Las relaciones equivocadas duran toda la vida", o algo así.), y tan constante para otras. Esto supongo que queda enmedio.

Entre esto, que ayer fue 28 - me di cuenta como a las diez de la noche, ja -, y mis planes semimalévolos, tanta ironía va a hacer que me explote la cabeza, siento como si me hubieran dado una patada voladora.

Ya no soy tan joven. Y que conste que dije TAN. Además del theraflu, tengo un problema grave con el Advil, siento que son Crack-ups (desde que vi el programa del VH1 de las canciones de los noventas traigo una especie de brote nostálgico/psicótico).

Ahora me dispongo a hacer mi lista de propósitos para ser una mejor y más casta persona.

domingo, diciembre 21, 2008

Los domingos el tiempo pasa más lento

Me duele la cabeza. Y la muñeca, supongo que por pasar tanto tiempo frente a la compu.

Donde trabajo a veces hacemos ejercicios para evitar eso del síndrome del túnel del carpio (¿se llama así?) entre otros transtornos oficinistas. Tenía un compañero que siempre que tocaba "giro de muñecas", me decía "Te hablan muñeca". A veces lo extraño.

Creo que al final lo que recordamos de las personas son esos pequeños momentos cómplices.

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Hoy todo el día estuve pensando en encontrarlo un domingo cualquiera, frente al televisor, subirme encima de él, y besarlo como si ese día en particular nos quisiéramos bien. Tengo ganas de romperlo en pedacitos.

viernes, diciembre 19, 2008

Gracias por platicarme esa parte de ti (y sí te besaría la espalda, muchas veces).

miércoles, diciembre 17, 2008

Con todo y mis medias rotas, ja

...hoy me iré de casa corriendo descalza, a ver quién me atrapa, a ver quién me alcanza (8)

Esa era yo en las fiestas familiares cantando las canciones de la Trevi cuando era una mocosa que no sabía nada (pero literal eh) de la vida, con mis super papis que siempre me protegieron de la gripe, la viruela, el maltrato infantil y los robachicos.

De chiquita una sola vez me quise escapar de la casa, tendría seis años, más o menos, mi mamá que me amaba (porque era una niña perfecta, o porque era mi mamá y no le quedaba de otra) me regañó por algo, equis, no recuerdo, pero me indigné hasta lo más profundo de mi pequeña persona y amenacé con largarme al demonio de ese hogar de opresión y abuso. Supongo que había visto mucha tele, porque en un paliacate eché mis breves pertenencias (¿?), tomé mi muñeca favorita y abrí la puerta.

Mi madre desobligada ni me peló. Llegué a la papelería de la esquina llorando magdalénicamente porque ya no me querían, snif... No recuerdo si mi mamá fue hasta la esquina por mi, o si me regresé solita, amén.

Eso sí, no me volví a escapar. Supongo que la rebeldía no tiene sentido contra la no oposición.

domingo, diciembre 14, 2008

Mis años antro se están acabando

Fin de semana de tres días: estoy exhausta. Me duele absolutamente todo mi cuerpecito.

El jueves fui a lo que un amigo se refirió como "Ah si, la fiesta esa rara a la que fuimos". No encuentro mejor definición. El viernes posada, aparentemente inofensiva, encuentro con el hombre atormentado que fue interrumpido por una amiga que se lo quiere tirar (que aquí entre ustedes y yo se tira a cualquiera que se deje).

Nos salimos con el pretexto de fumarnos un cigarro, yo estaba muy divertida diciéndole que me hubiera prestado el gorrito que traía puesto para ponérselo a la piñata (como motivación, obviamente). Me encanta poner a los hombres en situaciones incómodas, era gran parte del encanto de mi relación con él, ponerlo en esa situación. Mi pronóstico era que iba a pasar lo mismo que con el solecito y me iba a terminar odiando, como si verme fuera presenciar el desfile de sus propias debilidades en tacones de agujita.

Ah si, no me pregunten cómo pero terminé en la cama de mi amigo. Nada más dormimos, lo juro, aunque como bien diría él, ¿quién va a creernos eso? En realidad, lo extraño fue el sentimiento de comodidad por la mañana. Estaba recargada en la cabecera de su cama, sentadita y con las piernas recogidas, recortando a todos nuestros conocidos. Me había prestado una playera cortita, y me dijo que tenía bonitas piernas, nos tapamos porque hacía mucho frío, tardamos dos horas en decidirnos a salir de la cama, y me presto su cepillo de dientes (ni siquiera llevaba mi bolsa, ja) porque soy de esas personas que lo primero que tienen que hacer en la mañana es lavarse la boca. Todos tenemos manías, no me juzguen (además las mías son encantadoras).

Ayer no tenía la menor intención de salir, estaba tirada en mi cama viendo una peli cursilona (y repetida, ja) , con el pelo hecho un asco (tipo explosión de boiler) y que me hablan para ir al antro, y que me resisto muchísimo... por 2 minutos, ja. No sé ni cómo llegué a mi casa.

Necesito aprovechar los años antro que me quedan.

Estoy tan cansada, snif.

jueves, diciembre 11, 2008

domingo, diciembre 07, 2008

Boy don't try to front I I

Tengo un amigo adorado con el salgo mucho y al que la última canción de Britney le queda tan pero taaaaan ad hoc. Nos hicimos amigos como deben iniciar todas las verdaderas amistades: por interés (él quería con mi amiga, yo quería con su amigo, y fueron tan malévolas nuestras intenciones que aunque cada quien obtuvo lo que quiso, al final la verdad nos salió espectacularmente mal el numerito).

Es de esos hombres que son guapos sin serlo demasiado pero cruzas dos palabras con él y te embobas (además está buenísimo). Para mi es inofensivo, ya nos medimos tan bien que sabemos que ninguno de los dos saldría bien librado.

Los malditos me gustan tanto que cuando ya no los puedo tener como pasatiempo me los quedo como amigos. Sobra decir que me ha ayudado a sobrevivir estas últimas dos semanas en que las fuerzas superiores seguro se han divertido horrores conmigo.

Para empezar, nada más por no dejar intenté tirarme al niño bueno, y digo intenté porque fue ergonómicamente imposible. En serio. De por si no estaba convencida, y luego me encuentro con que sus dimensiones generales no cuadran en lo absoluto con sus dimensiones... am, particulares. Dos palabas: Fracaso absoluto.

Estoy pensando seriamente en cambiar mi número telefónico. Aunque en mi experiencia, siempre funciona mejor actuar como si nada hubiera pasado, no darle la menor importancia y eventualmente deja de tenerla. Y si yo estuviera en su posición no lo contaría, definitivamente. Eso me enseñará a no desobedecer a mi cuerpo y su brújula moral que es infalible.

La otra moraleja podría ser que no hay hombre perfecto, there's always a trick. Si, yo sé que no estoy diciendo nada que no sepan ya.

Después el hombre atormentado me salió con otras de sus novedades. Ya hasta me cae bien, con todo y que estoy convencida de que me quiere volver loca fomentando mi obsesión por él hasta que me enferme. Según él, en siete meses me va a decir la verdad del por qué las cosas fueron como fueron. Eso me dijo, se los juro (tengo una pinche suerte para que me quieran dar explicaciones sin que las pida). ¿Ven cómo me quiere volver loca? Total que al final me salió peor dejarlo en paz, hombres ¬¬. Diez monedas de oro a que está embarazada, pero por supuesto, sería tan novelesco que sería perfecto. Es más, casi deseo que sea eso para agregar esa historia a mi lista de favoritas de todos los tiempos.

O igual nada más quiere que me enferme, jaja.