Los 7 vicios capitales de las relaciones estables

Mi hermana tiene novio nuevo, y por supuesto anda toda fashion, y se arregla un montón de tal modo que no se note que se arregló un montón (¿?), y no comprende que salga a ver al cuentista en pants, porque ella, como mucha gente, cuando está "quedando" se pone siempre bien cuquis, mostrando su mejor ángulo. La neta hay días que tengo toda la güeva del universo sobre mis hombros, que antes diga que me baño ja... ya nos conocemos y sabemos qué tan bonitos somos ¿no?... igual si bien le va me enchino las pestañas (además siempre huelo rico); siendo completamente sinceros, jamás me he arreglado demasiado estando con él, al menos no como algo rutinario y mucho menos necesario

(Tampoco es como si la mujer glam que vive en mi esté muerta, tengo mis momentos.)

Cuando ya llevas un rato con alguien, llegas a un punto en la relación en que estás perfectamente cómodo sin llegar a sentirte acostumbrado.

Sin embargo, la confianza tiene su lado obscuro y vengativo, oh si... porque comienzas a mostrar ese lado güevón, anti-sexy y vulnerable que todos tenemos pero que sólo dejamos salir en la privacidad de nuestro hogar o con los compas.

Así que una vez más, dialogando con las girlfriends, llegué a la conclusión de que casi todo el mundo cojea del mismo pie (o de otro pie que otro cojea, algo así). De los creadores de "Grandes dudas sobre el comportamiento sexual masculino" y "Pretextos baratos para no tener sexo", presentamos "Los 7 vicios capitales de las relaciones estables":

1. Los eructos. ¿Quién no se ha echado un buen eructo en compañía de su vieja/o? Ah, porque dirán que los hombres son unos puercos, que lo son, pero yo conozco a dos tres mujeres que les dicen quítate que ahí te voy. Conozco a una chava que tenía la costumbre de decirle a su novio "ven", y le daba un beso. Un día el novio estaba de mamón, ella le dijo "ven", ahí va el otro... y ¡BURP! Le eructó en plena jeta. Fue graciosísimo, la verdad.


2. La fodonguez. Ya mencionada arriba. No que nunca te arregles, sino que si es domingo, y andas cansada, y la manga del muerto, hasta en pijama (además acuérdate que eres la luz de su vida, eres una reina hasta con brocolí entre los dientes -eeeeyyyy-) . Por su parte, ellos tienen perfeccionado el look "gorrita-shortplayero-flipflops". (Aquí abriendo un paréntesis para manifestar el asco que me causan las recicladoras de alaciados, que ok, se vale reciclarlo un día en colita de caballo, pero andar exponiendo ese muestrario de aceite de oliva no es cosa de dios... ¿nunca les ha tocado una que se deja el peinado de la boda hasta el lunes? Ewww).


3. Dejar de hacerte la de la boca chiquita. Tengo muuuuchas amigas (no digo nombres porque luego dicen que no leen mi blog y a la mera hora me reclaman que por qué dije equis cosa) que a la salida del antro (por poner un ejemplo), si van con el galán nuevo se comen un hocho muy a penitas "Uy no es que ya es noche y no ceno", ¡cuando tú la has visto chingarse 5! "Ay amor por eso estás tan flaquita, te vas a enfermar" Como siempre, buscando el cumplido, montón de hipócritas. Se cura con el tiempo, once again. Este más que vicio es ventaja, o sea, reina, deja que vea lo que te gastas en zapatos, pffft.


4. Pedorrearse en la cama. Este sí para que vean no lo entiendo. Es como si los hombres pensaran "si me ama a mi, amará mis gases también" O sea... no, ¿cómo se los explico? No, no funciona así corazones, en serio, no es romántico, ni es una demostración de confianza, o sea... no... en serio no... ¡que no!


5. Descuidar a los amigos. "¿Y tú qué? No mames, ya no eres tú, eres una pinche sangrona aburrida que se dedica a tejer" "No... la neta a mi lo que me gusta es hacer marcos de repujado" Me declaro culpable, sí, lo sé, lo siento, son un asco... ¿ya perdónenme no? He ido regresando poco a poco. Esto sí para que vean no es sano, porque (permítanme ser trillada) los novios se van, pero los amigos siempre estarán ahí para emborracharte y animarte a que tengas tu revolcón de rebound.


6. Los pelos. Creo que el máximo síntoma de que tú como mujer ya estás demasiado a gusto con tu novio es que se te olvida depilarte las piernas, porque primero te agarraban muerta con mallones y fleco que andar por la vida con las piernas peludas, y el otro día ya te ibas a poner una falda cuando te das cuenta de que eres un vil felpudo. No, eso no está bien, de verdad, es como... es como si fueras una de esas señoras con 8 hijos y bubis caídas que se dejan así a la buena de dios sin importarles las retinas ajenas. Yo se los digo, cuando tu mujer se deja de depilar es el principio del fin.


7. Coger como si fuera coreografía ensayada. O sea, siempre igual. ¿Por qué no mejor nos damos un tiro? Nooooo, mejor agarra la cajita de cerillos y quémale los pezones... bueno pues, échale ganitas entonces, joder.

No se murió el amor (8) cantaría Mijares.