domingo, mayo 25, 2008

Campaña Nacional

Pues me pusieron la vacuna contra la rubeola, a pesar de mis intentos por escapar.

Cumplí años, y me sentí la mujer más vieja de 26 años del universo cuando tres niños de 20 años me invitaron a bailar, y yo les dije que podría ser su madre, ja. Aunque dice mi mejor amiga que debería ser al revés, que mis ligues pubertos de hecho son prueba fehaciente de que todavía no me veo tan vieja como me siento en mis cumpleaños, a pesar de lo que ciertas personas que no aprecian mis encantadoras ojeras puedan opinar.

Por fin ayer terminó la epidemia bodera de la que había sido víctima desde enero. Las bodas de día me dan no sé qué, aunque de hecho esta, de todas las que me han tocado este año, fue la que más disfruté, y si no hubiera traído una resaca espectacular durante la misa, probablemente se me hubiera salido una lágrima asquerosamente sentimentaloide. Todo estuvo monísimo, pero a las 5 de la mañana, cuando salimos del antro, ya no aguantaba los zapatos y caminé hasta el estacionamiento descalza por los callejones y las calles de subidita, salvo por un pequeño tramo donde el niño bueno me alzó como caballero de cuento.

De reversa mami, de reversa... jajaja No atrapé ni un ramo, tampoco es que hiciera el esfuerzo, por alguna razón es infinitamente divertido obligar a las amigas, sobre todo a las que más huyen. Si vuelvo a escuchar el payaso de rodeo o el venado, juro que empiezo a implorar a las fuerzas superiores que me caiga un rayo y me salve de semejante fastidio.

El saldo de mis últimos dos fines decadentes, repulsión temporal al brandy y un tacón roto. El tacón se me quedó atorado el viernes mientras esperaba a que el valet trajera mi auto. Se me atoró en una grietita del piso, cuando quise mover el pie no podía, y en mi estado tampoco estaba para labores de rescate, así que jale con fuerza, separando mi pie del suelo, que se quedó con el fregado tacón, con todo y la correa que se amarra al tobillo. "Ay señorita, ya se le rompió su zapato" "Bueno, supongo que con que yo llegué completa me daré por bien servida". Al fin que ya ni me gustaban.

jueves, mayo 08, 2008

Estuve a punto de unirme a eso de predicar la palabra del Señor

Un domingo iba a desayunar con un amigo, y saliendo de mi casa, apenas abriendo la puerta, me ataca un testigo de Jehová, que me quería dar a conocer la palabra del Señor, y ya saben todo el rollo así fanático-espiritual, etc.

Si hubiera sido un jovencito flacucho como los que suelen mandar, le hubiera dicho "No gracias, llevo prisa", o algo por el estilo. Pero noooooooooo... era una viejita dulce, dulcísima, que seguro es la abuelita de alguien, y que de hecho era abuelita de alguien porque traía a la nieta, una niña dulcísima, dulcísima, hasta podría haber salido en un comercial de cereal Trix, con el conejo maniaco-depresivo, o en el hit telenovelero de los 80's, Carrusel (¿qué onda con el flashazo retro? ¿si eran 80's? Cabe señalar que yo lo digo por decir, porque mi mami no me dejaba ver esa telenovela porque era una porquería. Ah, cuánta razón tenía mi madre, aunque por otro lado me hacía un poco inadaptada porque toooooooooooooodos veían Carrusel, snif).

"Señorita, nada más permítame leerle un fragmento de la palabra de Dios" ¡Pues ya qué! O sea, ¿cómo le digo que no a una abuelita? ¿qué tal que a mi propia abuelita le diera por ir de casa en casa divulgando la palabra de Diosnuestroseñor y de la Virgenconcebidasinlaculpaoriginal? (¡ája! Si yo iba a los viacrucis con mi abue de chiquita, a agarrar bronceado campesino*)

Total que me quedé con mi cara de estúpida los equis minutos que la señora me bañó con sus holy words, al final me deseó que tuviera un buen día, y me dio las gracias por mi tiempo... ¡arrh qué molesto! Casi le pido que me lea otros dos fragmentos, es más, hasta ganas de unirme a su noble labor de divulgar la palabra de Jehová me estaban dando, ja.

Lo anterior me parece una táctica compeltamente injusta para los que tenemos abuelitas dulces. Obviamente esto sólo puede llevarnos a la conclusión de que tarde o temprano descubrirán el punto débil de todos y cada uno de nosotros, y hasta los invitaremos a charlar y a tomar el té, con galletitas de mantequilla de esas que se regalan en Navidad.

* Bronceado campesino.
El que obtienes cuando solamente te bronceas
lo que deja descubierto tu playera,
una variante es el bronceado taxista.

domingo, mayo 04, 2008

Me desesperan los monógamos seriales.

Entiéndase por "monógamo serial" todo hombre/mujer que necesariamente tiene que estar envuelto en una relación seria/formal/quieroserelpadreirresponsabledetushijosamén.

Me perturban por varias razones:

Número uno: la monogamia no es normal, me cae que no. Piénsenlo, el hombre es un ser social, y como tal debe convivir con sus congéneres, y que mejor manera de hacerlo que el multidating (que tampoco se trata de salir con cualquier piltrafa que te invite un café, siempre hay que hacer un prescreening que optimice el proceso de selección). Hasta salió en el Discovery Channel, I swear.

Número dos: Me impresiona la gente que no puede estar sola. Tengo una amiga que no puede ir ni a las tortillas, de verdad, va de un novio serio a otro a otro a otro, porque ojo, no anda de cama en cama... bueno sí, también, pero toooooooooooooooooodos son sus novios, sabrá María Inmaculada cómo, pero termina con uno y sigue con otro, y siempre son relaciones de POR LO MENOS seis meses. Yo no digo que sea malo tener relaciones formales (si hasta yo he caído en eso), pero terminar con uno novio de dos años, y a las dos semanas tener otro con el que duras 10 meses, y así sucesivamente, como que deja mucho que pensar. No es que tengas que pasar por un año de célibato emocional cada que terminas una relación seria, pero tampoco naciste acompañada, cualquiera pensaría que te gustas lo suficiente como para poder pasar un periodo considerable de tiempo contigo misma, pequeña garrapatita emocional. En el caso de los hombres estoy segurísima que tiene que ver con issues maternos, y de cómo buscan constantemente un sustituto de sus madres, o algo así, ja.

Además, ser soltera rifa (fuera del dating desastroso y de las amigas de tu mamá que cada que te ven te preguntan "¿Y para cuándo te caaasas? Ay tu tan linda, ya deberías de "conseguirte" un novio"... No tienen una puta idea de cómo odio la palabra "CONSEGUIRTE" Ni que fueran cocinas integrales).

Número tres: Todas, todas, pero ABSOLUTAMENTE TODAS sus relaciones son proyectadísimas a un nivel así enfermopégateuntiroporfavor. No es humanamente posible hacer planes de boda con toooooooooooooooooodos tus novios, o sea... hello! Tenía una compañera de la Uni que hasta los muebles tenía arrumbados en su casa, y cuando digo muebles me refiero a la cocina, el comedor, la sala y la recámara de manera literal, al final ese novio la botó supongo que por psicópata, y ella se casó como un año después con otro del mismo perfil (mi pregunta siempre ha sido si usó los muebles que le compró el otro... misterio). Y luego nunca falta la que te tortura con nombres de niños imaginarios, y depas imaginarios, y lunas de miel imaginarias por las islas griegas, que supongo es delirio normal cuando andas etapa mielera provoquemosarqueadascolectivas, que llega un punto en el que ya bastaaaaaaaaaaaaaaaa yo nada más vivo aquí, snif.

Número cuatro: En esos raros periodos de soledad, te quieren a su lado como si fuera manda, como si en lugar de irte descalza hasta San Juan, tuvieras que permanecer estoicamente a su lado para hacerla de novio sustituto. Y te arrastran de compras, y a sus compromisos familiares, y a todos esos eventos aburridos que como novio te toca hacer, con la diferencia de que tu no gozas (ni quieres) los beneficios del sexo prematrimonial. Así es como descubrí que dos amigas mías son ABURRIDÍSIMAS. Ah, pero cuando les señalas que quizá -quizá- tienen un pequeño, pequeñísimo problema con esto de no poder lidiar con la soledad, eres una perra malagradecida porque ellas sí te han acompañado en los momentos difíciles, que una cosa es eso y otra es hacerla de backup 24/7, pero bueno ya, ya, está bien, perdón.

De todo lo anterior podemos concluir... que yo sí hubiera usado los muebles, ja.