De primeras segundas terceras impresiones

Mi mejor amiga, o sea mi hermana (aaaaaaaaahhhhhhhhhh qué tiernas), anda como campanita por la casa porque tiene una date el jueves con un chavo que le encanta porque es todo su tipo y es dos tres inteligentón y farol, ya dije, su tipo. El sábado pasado de hecho un amigo y yo la hicimos de matchmakers, de hecho el propósito de la fiesta era ese, pero al principio como que no se animaban a hablarse y mi novio diciéndole a mi hermana que tuviera más actitud y mi hermana decía que tenía la mil actitud pero que tenía que verse toda cool, ella nunca nunca pierde el glam. Ahí fue cuando hice mi super intervención de la noche y no sé qué empecé a hablar con el ahora ligue de mi hermana, de las carreras y las escuelas, y entonces mencioné "ah mira, pues mi hermana estudia...", y ahí ya voltea la individua y empieza la plática y de repente yo fui al baño y cuando regresé ya estaba el monito sentado junto a ella. So, por fin la invitó a salir en forma y como ya dije, anda sonando por la casa. Que se distraiga, por amor de las fuerzas superiores, le hace falta, le hace falta dejar de pensar, de intentar, de anticipar, no a él, al otro antes de él. La cosquillita de las primeras citas, va a pasar por mí, y me volteó a ver, y le sonreí y todas esas babosadas. Diría mi hermana, el amor es un asco, pero qué bonito es. El comienzo siempre es la etapa más chida porque es la más eficientemente apendejante.

Me han estado mandando mensajes, contesté uno y ya. Estoy perdiendo mis habilidades pa' decir ahorita no, tal vez al rato. Aunque debería ser como andar en bicicleta. Igual estoy enferma y sin ganas de curarme. El que me invitó a Maruatan no me ha hablado, la última vez que platiqué con él, me empezó a preguntar que por qué la última vez que me vió no me había sacado del antro y me había cogido, ¿yo cómo carajos voy a saber eso?