viernes, septiembre 02, 2005

Lugares comunes

Platicando con mi hna. (Bks) salió eso d' q' yo invariablemente acabo en relaciones enfermizas. Siempre hay algo, siempre. Así las busco, o m' buscan (l' vdd. no lo quiero averiguar). Ayer fue noche d' "Sex&TheCity" con las girlfriends y precisamente las monitas (las del video, no las girlfriends) estaban preguntándose si era posible q' existiera el amor sin dolor. Tbn. platicando con l' Bks m' decía q' a lo mejor yo no creía en amar sin q' t' duela hasta el cuerpo xq' en realidad no he tenido una relación estable, pero q' al final ese tipo d' relaciones son más satisfactorias q' las relaciones q' s' l' pasan d' un altibajo a otro.
Y a pesar d' q' tal vez Bk tenga razón, l' vdd. es q' no creo q' los amores, al menos los extraordinarios, s' puedan permitir eso d' la estabilidad (aunq' es super curioso, xq' luego puedes lograr un equilibrio muy padre dentro d' l' inestabilidad).
Los amores q' merecen ser contados no son aquellos en los q' s' encuentran y viven felices para siempre, llendo a l' tintorería, haciendo el super y lavándose los dientes. Los amores q' merecen ser contados son aquellos q' duelen, q' cansan, q' t' vuelven loca tratando d' entender...

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No, no era el terror a perderte. Eso lo hubiera podido soportar. Hubiera entonces luchado por impedirlo. Hubiera luchado contra la locura, contra la desesperación, contra la abstinencia, contra el abandono, contra los riesgos, contra las otras, contra los espejismos, contra la ironía y la ausencia, contra el temor y la vanidad, contra la amargura y contra la nostalgia. Hasta hubiera podido mejor soportar las cenizas del fuego, las huellas, los restos.
Pero no podía luchar contra la costumbre. Contra este amor que amenazaba con durar para siempre y por siempre igual. Tuve miedo de no poder preservarlo sin corromperlo, sin aburrirlo, sin saciarlo, sin saturarlo, sin que se volviera insulso, vacío. Tuve miedo de que los cuerpos no pudieran renovar su alegría, miedo de que el sueño no perdurara.
Sí, tuve miedo de que este amor se volviera menos vasto que mis fantasías, más opaco que mis ensueños. Tuve miedo de sentir calma, de tener paciencia, de los lugares comunes, de la repetición, de perder los secretos y perder los encantos, de la indiferencia, de no oír a lo lejos tus pasos, de no sobresaltarme con el cerrar de una puerta, de no alegrarme con el rechinar de tu coche lejano, de no perseguir tu sombra, tus huellas, tu eco. Tuve miedo de no poder conservar esta isla, de no poder mantener encendido el fuego sagrado, de no dejar para siempre abierto el horizonte infinito de Dios. Tuve miedo de la costumbre, miedo de poder dormir profundamente.

("Demasiado amor", Sara Sefchvich)

-No es de mis escritoras favoritas, pero éste pedacito m' gusta mucho. -

Los amores
extraordinarios al final del día t'
dejan exhausta, y al final d' l' noche
t' dejan mareada. Si lograste dormir
soñaste con Él, y si no lo lograste
pensaste en Él. Te lo tomas con el café, lo
aspiras con l' lluvia, lo hueles
en tu piel.

Ya t' sabes el final d' este cuento, y sabes q' no termina bien para ti.

Los amores ordinarios están bien para los demás.

Yo m' quedo con los otros aunq' m' toque llorar un poquito d' mi misma d' repente x ahí.

3 comentarios:

andro dijo...

Dadas tus preferencias, me imagino que tenés muy buenas historias que contar.
Sólo me puedo imaginar cuántos han sido, hace cuánto fue el último. ¿Habrá sido en España?

Yo te podría contar un cuento muy bueno.

LaMaga dijo...

M' encantaría escuchar ese cuento.

Diablo Guardián dijo...

"... el gran amor es imposible de soportar. Porque no se le puede permitir que se muestre indigno de los espléndidos sueños que se forjan para él. Porque no se le puede permitir que caiga en la rutina, en la costumbre..."