Cuentitos de la Neuronita Pateada 3
Estaba la neuronita pateada haciendo fila en las ventanas del cerebro (tenía ya varios días que la habían pateado a los confines del cerebro), vulgarmente llamadas "ojos" pa' echar un vistazo al lugar en donde la portadora del cerebro se ubicaba.
La neuronita pateada pensaba que tal vez habría sido mejor ser parte de un portador de cerebros en lugar de una portadora, ya que éstas por regla general utilizan una gran fuerza neuronil en asuntos que por lo general no tienen respuesta, o que teniéndola, al no ser satisfactoria la rebuscan y rebuscan y rebuscan... en fin. La verdad es que no tenía mucho caso ponerse a pensar en ese tipo de triviliadidades, sobre todo ahora que había sido relevada de su tarea de vida, con todo y patadita en su culito.
Total que mientras hacía fila, se puso a escuchar a las neuronitas que estaban adelante de ella, una neuronita le contaba a la otra neuronita que estaba triste porque había estado saliendo con una neuronita del departamento de coordinación motriz, y que ella era "la más linda" y "un amor". En eso estaban las neuronitas platiconas y la neuronita pateada y metiche cuando empezaron a sentirse raras.
De repente, todo el piso del cerebro (que es de fomi) empezó como a moverse, y de repente todo empezó a verse nublado. La verdad es que desde hace rato había un "aire" extraño en el ambiente, pero no habían prestado atención. De ahí en adelante, todo fue un sueño. Al despertar, la neuronita pateada recordó cánticos, abrazos, a las neuronitas platiconas llorando porque la neuronita del departamento de coordinación motriz probablemente estaba teniendo una aventura, y diciéndose la una a la otra cuanto se querían.
Todo silencio. Sólo unas cuantas neuronitas logran resistir el embiste, y son aquellas heroinas las que conducen a la portadora del cerebro sana y salva a casa, con un tacón roto y un rasguño en el codo. Guardemos un minuto de silencio por aquellas muertas en batalla.
Al otro día, las neuronitas sedientas. Pobre neuronita pateada, durante el episodio recordó lo mucho que le dolió que le patearan su culito al expulsarla hacia los confines del cerebro. Ahora se acuesta a dormir, mientras implora que llegue la sal, el azúcar y el agua. Pobre, pobre neuronita pateada.
2 comentarios:
Ja,ja, ja, pobres las neuronitas que son agredidas de tantas formas y no hay nadie que las defienda, ni siquiera una Sociedad Protectora de Neuronas.
jajajajaja voy a tomar las sugerencias d' ambos pa' proteger a mi amada Neuronita Pateada.
Supongo q' puedo desviar algunos fondos d' "Salvemos a las Galletitas" non-profit organization pa' l' causa d' l' "Sociedad Protectora de Neuronas"
Publicar un comentario