miércoles, noviembre 05, 2008

La vida es la mejor escuela

Me quedé pensando en la fobia que les platicaba en días pasados, y recordé la única vez en que no me he puesto toda loca porque me inyecten.

Hace varios años tuve mi primer (y prácticamente único) susto mortal considerado el parteaguas que marca cuando dejas de ser una niña para convertirte en una mujer (sí, como la de la canción de los Ángeleeees Azuleeess zules zuleeees): la primera vez que no te baja, y que SABES que puede significar un emocionante futuro de pañaleras, biberones y gerbers para los próximos 18 años.

Ya no estaba yo tan chiquita, empecé a mi vida sexual relativamente tarde (de ahí mi urgencia por reponer el tiempo perdido). Tenía una semana de atraso, y OBVIAMENTE estaba absolutamente paranoica, mi bello y desvirginado cuerpo lleno de pánico, pero PÁNICO en serio, de ese que hace que no puedas pensar en otra cosa, que estás viendo la tele, o comiendo y sólo puedes pensar en ESO. Mi entonces novio maldito (nada más que yo todavía no sabía que era maldito, se estaba esperando para deslumbrarme con todo el esplendor de su desgraciadez) me abrazó y me dijo "No te apures, si estás nerviosa nunca te va a bajar, relájate"... ¿Relájate? ¿Relájate hijo de la chingada pedazo de escoria infrahumana malditasealahoraquetecruzasteenmicamino?

Por eso nadie los quiere desgraciados.

Total que yo obviamente no me iba a "esperar" a que me bajara, si no era una pendeja... bueno, no completamente por lo menos. Tampoco le podía contar a mi mamá porque yo era tan buena hija y estudiante ejemplar, cómo iba a ser posible, pobre de ella, tan amorosa, y con una hija tan golfa (que ahí todavía no era golfa, apenas se vislumbraba a lo lejos mi gran potencial). Le hablé a esa amiga que todas tenemos y que sí sabe de la vida para que me acompañara a un doctor, o me diera pastillas abortivas, no sé, la neta ahora que lo pienso no tenía idea de lo que esperaba de ella.

Aquí es donde entra eso de que ni mis fobias fueron más fuertes que mi miedo: aguanté seis pinches inyecciones (sudando frío y llorando casi en silencio), mi amiga hasta me dijo qué decirle a la monja enfermera si me preguntaba para qué me las habían recetado, me dio el nombre de un ginecólogo... no no no, iba más preparada que para el Ceneval.

Cuando fui por la última, la enfermera maldit... digo, la monja benefactora me dejó la pierna dormida y me duró como dos días. La neta tomé las pinches inyecciones como penitencia por ser tan pendeja y dejarme convencer de que "Ay ándale, si no pasa nada, te juro TE JURO que me vengo afuera"

Pedazo de pendejo.

Pasó un día... dos... ya andaba pensando cuál sería el mejor (o el peor, que pal' caso es lo mismo) momento para romperles el corazón a mis sacrosantos papis. Iba a acompañar a mi mamá a no sé dónde diablos, entré al baño...¡Y MILAGRO! En mi pinche vida había sido tan dichosa. Brinqué de felicidad, lo juro, literalmente brinqué de gusto y fui feliz forever.

Bueno, no forever, creo que todavía me aventé otros dos sustillos menores (en otras palabras, paranoia innecesaria) que no trajeron mayores consecuencias... ah no, y una vez que iba a demandar a los del parche anticonceptivo primero por manutención cuando naciera, y cuando por fin me bajó por stres emocional.

Con el tiempo llegué a la conclusión de que todo mi drama había sido innecesario y nada más no me bajaba porque a las fuerzas superiores les gusta divertirse con el tormento de mi alma, snif.

Total que tiempo después de mi traumática experiencia, un día me marca una amiga con esa voz de pánico "No mames guey, ¿qué hago?" Me había convertido en esa amiga. Wojo!

(Claro que para ese entonces sí se me prendió el foco de antes de hacer tanto drama y empezar a experimentar con drogas y tés de orégano, ir por una pregnancy test, ja).


Nota: A él lo hice esperar tres semanas
para decirle que ya me había
bajado... ah fue tan divertido.

8 comentarios:

Locomatino dijo...

Oye, no eres la unica que se preocupa porque no les baje, la neta creo que yo me preocupo mas uqe mi novia jaja.

Una vez una amigo dijo que estaba preocupado porque no habia estudiado para el examen lo unico que le respondi fue, preocupado!!!!, preocupate cuando a tu vieja no le baje pendejo jajaj

César Tzu dijo...

Jajajaja que poca madre eso de la nota

Sascha! dijo...

Hahahaha... la mejor tortura para un hombre...

pero no entiendo por que nadie piensa en una opción el gastar 50 pesos para una prueba de embarazo!

Gerson Obrajero dijo...

Ni me imagino el pánico que se deben sentir las féminas bajo esas circunstancias, pero la última vez estaba yo con un "chin, me voy a tener que casar, todo por andar de che caliente" del carajísimo.

Yo por eso cuando les baja soy feliz también, de hecho hasta malora porque me siento tan bien que tengan cólicos. Oh sí gracias a Dios soy Hombre! =)

La nota final... priceless! =)

Besos mágicos!

«danito» dijo...

¡¡¡PINCHES VIEJAS!!!

Uno tampoco quiere cambiar una vida de solteria por cambiar pañales, o desveladas de peda por desveladas de cuidar al chamaco. snif. se sufre mucho.

crypt angel dijo...

jajajajaja, muy bueno por cierto escribi hacerca de ti a ver que te parece

Indigente Iletrado dijo...

Lo tierno es cuando ellas creen -como tú, ternurita- que nos importa que no les baje.

¿Y yo por qué?, diría Fox.


A mi que me esculquen.

Anónimo dijo...

jajaja, el te de ruda es mejor o kompra citotec y tomate 2 y metete otras 2 via vaginal, sale porke saleeeeeeeeee!!!