martes, noviembre 08, 2005

Y un día comes, te despiertas, y de repente la nada, y no eres nada
un cuerpo o ceniza o polvo, sobre todo polvo...


Gracias por rociar con polvo de estrellas mi vida, por amarme, por estar orgulloso de mi.

No me verás el día de mi boda, no me verás recibir mi título, no cargarás a mis hijos, no los verás crecer.

Pero te prometo que ellos sabrán de ti, les contaré tus cuentos, nuestras aventuras juntos, les diré que eras mágico, y que los amaste sin conocerlos.

Te amo, y te voy a extrañar absolutamente todos los días.

Un beso y mil abrazos para el camino.

Tu princesa