Si son NECIOS!

Nunca dejan de sorprenderme los hombres, bueno no de sorprenderme, más bien de reafirmarme lo que ya sé acerca de ellos. Son NECIOS.

Pa' muestra basta un botón, o en este caso, mi sacrosanto daddy (oh si, el hombre de mi vida también tiene defectos, ¡si el mundo no es perfecto carajo! ¡Despierten!). Pos' resulta, rebrinca y rebota que antier me llevó por unos zapatos cafés, pero nos salimos sin llaves, para esto eso le pasa seguido pero nadie lo menciona porque hace carita, total que me dice "pues vámonos y ya de regreso esperamos a tu hermana" "ay es que ella tampoco trae llaves" (afirmación que fue seguida por ojos inyectados en sangre y esa mueca que dicen que yo también hago).

Eran como las 6; 6:40 ya estábamos de regreso en casa (yo odio ir de compras, de verdad, me da tanta flojera, así que soy rapidísima escogiendo) pero como les mencioné, no traíamos llaves. Fue y arrancó un alambre del terreno de al lado y con eso formó un lazito (ingeniero al fin y al cabo) y logró abrir al puerta del frente (¡wow! ¡seguro que estamos protegidísimos contra los asaltos! menos mal que Kelly es una asesina innata) así que con semejante triunfo del ingenio humano logramos posisionarnos en el patio, contábamos con las spare keys, que yo sabía que mi hermana había agarrado el otro día y no encontraba, pero no iba a ser yo quien incrementara la furia paterna. Ya le había yo dicho que fuéramos por las llaves de mi mamá, la cual se encontraba en una de sus convivencias sociales bien cerquita de la casa, ¿que no era más fácil? Le pedimos las llaves y abrimos, 15 minutos de ida y vuelta (rapidísimo considerando que ya llevábamos 20) Ah pues no! NECIO el hombre... Para no hacerles el cuento más largo, que se le ocurre treparse por un lado usando de apoyo las protecciones de una ventana para así alcanzar la ventana de su cuarto, y caminar por la jardinera hasta la parte de la ventana que estaba sin seguro y súper fácil, te metes por ahí y ya él me abría. Pues no alcanzaba a subirse de las puras protecciones (porque será guapo, pero atlético no tanto), necesitaba que un apoyo del otro lado, entonces puso una escoba al revés que yo sostuve, y pues ya apoyado primero en las protecciones, de ahí a la escoba, de ahí a un tubito que se le sale a la jardinera y ya! trepado en la jardinera (suena retefácil, pero no! Voy a omitir la narración de mi angustia) Logró abrirme, eso sí, se raspó toda la mano y se enmugró la ropa, pero oh si! conquistó las malditas cerraduras de al casa.

Y es así mi querido Auditorio, como comprobamos una vez más que la necedad del hombre es la que lo lleva a ir por la vida sin jamás de los jamases preguntar por una dirección (aunque estén más perdidos que un misionero en Sodoma), empeñarse en arreglar las fugas de agua by themselfs, y treparse a las ventanas para abrir puertas cuando se carece de llave.