Primero en tiempo

Estará unos días por aquí mi cómplice del crimen (de muchos crímenes, actually, aunque al final siempre se nos cayeran los teatritos), profetizo maldades e indecencias, aunque no de esas que acostubraba(mos), porque con eso de que lo quiere a él más que a mi...

Como se dice en el argot del medio: "prior tempore, potio jure".

El sábado estaba cansadísima, con cólicos y con lo del pie, además de las dos horas que me aventé alegando afuera de mi casa con ya sabemos quién. Algún día me pondré a reflexionar sobre los hombres y su fijación por evitar el conflicto. Me decía una amiga mía "Es que es obvio que no va a pelear contigo, porque a ti te quiere para estar bien, para pasar un buen rato, los hombres hacen negocios con otros hombres, si quiere discutir algo lo discuten con su jefe, pero no va a dejar de evitar los conflicto contigo".

Yo difiero, no me gustaría saber que amo a alguien tan condescendiente, cuando esto último es de las cosas que me es imposible soportar, aunque yo lo sea con la mayoría de las personas. Eso de pelearse con la pared es realmente desesperante. Si hay algo en esta vida que disfruto es tener la razón, lo admito, pero a veces me gustaría que me soltara un madrazo y me dijera "puta madre Liliana cállate"

Eso digo ahorita, porque sé que no lo va a hacer, ja.

Lo cierto, es que como me dijo el cuentista, "un día de estos ninguno de los dos va a estar de humor y va a valer madres esto". Amén.

Me estoy volviendo tan pero tan mujer que me comienzan a dar agruras cada vez que me percato y re-percato de eso.