Not gonna get us

De cierta manera, mis amigas siempre se quejan de que los hombres son una vasca bazofia (que lo son) y que son unas nenas chismosas que todo cuentan, que una no pueda darles un beso porque van a decir ya me la tiré y cosas por el estilo que mucho de razón tienen.

Aunque también me pregunto qué diría el ex novio de una amiga de que ella nos contaba que le gustaba que le metiera un dedito por el culo, o el novio de otra que nos describió su pene de una manera tan específica que podría yo hacerles un dibujo bastante exacto hasta con la expresión de su cabecita (sin mencionar unos sospechosos granitos que le salieron en la puntita y que yo apunté: "mira amiguis, número uno no son normales, llévalo al doctor, y número dos yo no quería saber tanto de ******" Eso de que lo mandara al carajo por andar contrayendo bichitos por ahí se lo omití, ya hombre, son unos infieles asquerosos, pero pónganse un puto preservativo).

Será que suelo guardar los detalles más escabrosos en el morboso acervo de mi memoria.

Igual tampoco le cuento al mundo que me pasé la tarde del sábado viendo videos de N'Sync en youtube, porque podrán decir lo que sea del pop y de sus grupos, y puedo incluso estar de acuerdo, pero lo que es el espectáculo, la coreografía y esas monadas sí me gustan y me entretienen.

Lo anterior suena tan mal como confesar que me sé todas las canciones de Kabah. Y que me encanta la voz de Christina Aguilera.

Placeres culpables que les dicen.

Total que el mismo sábado me la pasé tan bien con desconocidos, me dolía hasta el estómago de tanto reírme. Haciendo coraje también, pero eso sí son incapaz de reconocerlo. Llegué a mi casa medio tarde, me quedé dormida inmediatamente gracias a un maravilloso sedante llamado Victoria. Soñé con la pelirroja de Tatu en su blusita azul verdosa y sin sostén, tal como usted lo vió en los Movie Awards del 2003.