Aislada de la blogósfera

Total que por equis circunstancia de la vida mi papá nos dejó sin compu, snif. Por dicha razón, en estos momentos escribo desde un cyber con música rapera, woooooooow cyber ambiental. El internet cuesta 8 pesos la hora, en mis tiempos que se empezaba a usar y existía el icq con su ruidito simpático no era tan barato.

(El teclado tiene el acento en otra tecla y me he regresado cada vez que acentúo algo para ponerselo derecho)

Llevo tres semanas sin el cuentista, y el único día que me pegó su ausencia fue el martes antepasado que llovió, y el domingo pasado, pero eso porque lo vi el sábado y está muy claro que yo no soy de piedra, ja.

En resumidas cuentas, que me ama que me adora yara yara yara, pero que todavía no está listo para estar conmigo, comentario muy curioso tomando en cuenta que yo nunca le pedí que volviera, pero en fin. Después de muchos intentos me abrazó y después de otros tanto me robó un beso, y bueh... es bien sabido que un beso y un vaso de agua no se le niega a nadie.

En lo único que estamos claros es que cada quién por su lado está mejor, aunque a veces hasta las peleas se extrañen. Me invitó a cenar y le dije que no. Todavía no estoy en el punto en que me es tan indiferente que me lo puedo coger de la manera más sana, y es OBVIO que si salimos en eso vamos a acabar.

El que me gusta que no sabe que me gusta cada vez me gusta más y se me medio abren las piernitas cada vez que lo veo, nada más medio, digo, hay que mantener las buenas formas sociales.

Bendita la pinche vieja que me robó mi radio y me está salvando de tantas llamaditas a tantas personitas tan equivocadas para aliviar la necesidad que he traído estos días de coger con toda la liviandan, la tristeza y las ganas de matar a alguien que me dejan las despedidas.

En fin. Nada más para que no piensen que me morí, o que me casé que es todavía peor.