lunes, julio 10, 2006

Los llamo con el pensamiento

John Edwards estaría tan orgulloso de mi.

Se ha remanifestado. Ahora sí pensé que de verdad me había mandado al carajo, aunque pausas más largas hemos tenido. De cierta manera me satisface que esté en el mismo sitio, con su necedad de cogerme a cómo de lugar. Iba a contarle que soñé con él, luego lo perturbo con eso. Sabe que yo no voy a buscarlo, y desearía tener la misma voluntad, pero no, sabe que yo no lo buscaré y no le queda más remedio.

Insisto en mi teoría de que sigue tan interesado únicamente porque me he cansado de decirle que no. Aunque para ser franca, nunca ha sido un "no" tajante y definitivo, en realidad, para tener un buen grado de control se necesita únicamente abrir la posibilidad, sin una fecha ni un momento preciso, pero dejar la posibilidad ahí, quietecita, indefinida y aparentemente real.

Alegaba que alguna vez he dicho sí. Hasta las promesas caducan cariño le contesté. Su diría ya malsana obsesión es incluso infundada, porque bien pudo sacarme de su cabeza hace dos años que andaba yo con el solecito (no andar de andar, porque nunca fue así, sino circunstancialmente y por cuestiones meramente profesionales), cuando le dije "ya regrésame" bien pudo decirme "no, quédate conmigo" y le hubiera dicho que sí, tengo problemas negándome cuando me ordenan de manera tajante. Hace poco también, menos de un año. Eso de que me preguntara que si me iba a ir a mi casa, y que yo le contestara sí, y que su única reacción fuera un "ok" sumamente sereno me hace desconfiar. No sé si es respeto o qué. Cantaría como Paquita, piérdeme el reeeeeeeeeeespeto mi querido amigoooooooooo.

Ya después me empezó a decir que cada vez era más rara, yo le decía que rara siempre he sido y así me quería, él decía que le cagaba que yo lo supiera, y que lo usara. No le dije que el cuentista me encuentra simple, sumamente simple. Me preguntó por él y no pude más que decirle la verdad, aunque sí le desmentí eso de que me casaba. Insiste en hacerme preguntas de él, ¿para qué? Por masoquista, siempre le he gustado de torturadora, y eso no ha cambiado con los años. Quiere que le diga que amo al cuentista, pero no cómo lo amé a él. Le gusta que le mientan, como a la mayoría de la gente.

Me pregunta por mis hábitos sexuales y casi casi mi promedio de orgasmos por semana. Demasiado morbo en mi opinión, a mi en realidad no me interesa si las que ellos se tiraron o se tiran son mejores que yo. Tampoco es que me crea lo mejor que se van a encontrar, lo dudo sinceramente.

Insiste, igual que uno de los otros que no fue (ni será), en decirme princesa. Se oye tan pero tan condescendiente que me da ternura. Además se cree con la exclusividad, cuando esa la tendrá por siempre uno de los dos hombres de mi vida. Me gustan los sobrenombres con p. Todos bonitos, combinables y para cualquier ocasión.

Después empezó con que las mujeres están locas, y yo dije que sí, que yo admitía que estaba loca, pero (de nuevo) que así le gustaba, él decía que para qué se lo hacía saber y me lo hacía saber, que cón qué fin. Me reí. "Estoy mostrándote mi poder sober ti", pude contestarle, "y tú lo sabes", pero no, para qué.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Ja.

Así o escribo los detalles de mi comentario?

Indigente Iletrado dijo...

Cuando ya bajó las manos ya no es divertido. No imagino estando con una persona por la que no siento respeto. Claro que... eso no me impediría seguir usándola.

¡Que ofensa! jamás nombraría como 'princesa' una mujer que me guste. Las princesas son unas imbéciles que se la pasan cepillándose el cabella en espera de algún tipo que probablemente es gay sólo por usar corceles blancos.

Las personas que se aceptan locas son las primeras que confiesan su cordura. Él debería saber eso.

Y yo debería estar haciendo otras cosas. Saludo.

Begüé dijo...

posibilidades mi estimada maga...

Julio dijo...

realmente extranaba leerte, mi querida colega :)

arboltsef dijo...

yo si les digo putitas princesas a las que me gustan, bajito en el oido, mientras les agarro la corena en sus nalgas.

Ajem, eh?

LaMaga dijo...

Ya ven cómo son combinables...

r2 dijo...

Me gusto esta frase:

"Hasta las promesas caducan cariño"

Ya te imagino diciendolo friamente.

write you later
r2

la_luminosa dijo...

¿sera la satisfaccion de tener el control y ver desde donde y para quien van las mentiras?
Saludos maga

Anónimo dijo...

Maga, creo que no eres tan femme fatale como te pintas aunque no eres ninguna puritana, y eso mola porque tras 1 semana aguantando la visita del Papa uno tiene ganas de que dios e vaya de aqui

Meri dijo...

Maga, he caido en tu casa gracias al comentario que me dejaste en mi blog. Muchas gracias por la visita..Me ha sorprendido muy gratamente tu espacio..Escribes de miedo..Me encantan las historias cotidianas. Volvere...

Anónimo dijo...

Ayer en una relacion de ideas que hice mientras conducia me acordé de este post que ya habia leido y pense:

1.-no me gusta tener el control de alguien sabiendo que hago cosas que en cierta manera le disgustan

2.-no me gusta hacer rabiar a la persona con la que estoy(en ningun sentido,no es un juego que me guste)

3.-Muchos de los que alaban estos pensamientos por escrito¿Que tan dolidos se sentirian si supieran que una mujer habla asi de ellos?

todo de buen caracter,claro.Me gusta leer este blogg y estoy de acuerdo en algunas cosas y,como todo en otras no y obviamente OTRAS NO LAS ENTIENDO...

saludos

POR CIERTO bebo comentar(por que estoy contenta)que hoy salgo al primer viaje de mis vacaciones.

LaMaga dijo...

Yo nunca he dicho que sea una femme fatal amor, aunque a veces doy la finta ;) En realidad soy toda bondad.

Lo que pasa es que las cosas suenan más crudas en abstracto.

Y Darklady, nos traes aunque sea un llaverito.

Tendremos que estar de acuerdo en estar en desacuerdo ja... Nada más en cuanto a lo último, yo estoy segura que la personita lee el blog, y no me dice nada, so...

En fin.

Que te diviertas!!!!! :)

Deux ex machina dijo...

Genial pero esto nos revela algo mas: somos unos esclavos de mierda. No solo los hombres sino todos en general, no somos dueños de nosostros, siempre somos de alguien mas, diario le pertenecemos a alguien un poco pero al mas importante no le dejamos nada.

Lo mas exquisito es la soledad concurrida

Al carajo los sumisos!

saludos, por cierto que bellas zapatillas...

Deux ex machina dijo...

Genial pero esto nos revela algo mas: somos unos esclavos de mierda. No solo los hombres sino todos en general, no somos dueños de nosostros, siempre somos de alguien mas, diario le pertenecemos a alguien un poco pero al mas importante no le dejamos nada.

Lo mas exquisito es la soledad concurrida

Al carajo los sumisos!

saludos, por cierto que bellas zapatillas...