De repente caí en la cuenta de que me la pasaba volteando porque estaba buscando a alguien; de repente me di cuenta de que te estaba buscando a ti, de una manera inservible, de una manera esperanzada. Y al final esperaba un esa es mi princesa y nada, y esperé tu abrazo y nada. Te digo que todavía te extraño, pero ayer te extrañé más. Y te seguí buscando y nada, pero brindamos por ti y yo lloré en la noche porque hasta dormida te seguí buscando.